Vacazul
Érase una vez un pueblo donde las noches eras largas y la muerte contaba su propia historia. En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. Al cabo de un tiempo, la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras. Con estas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora ya es una novela inovidable.

La Ladrona de Libros es la primera obra del australiano Markus Zusak que llega a nuestro país. En ella nos muestra el inmenso poder de las palabras, en una historia poco habitual sobre la Alemania Nazi y la Segunda Guerra Mundial. Y digo poco habitual porque dentro de esta época ya tan manida por tantos medios no son muchas las veces que nos encontramos con la historia de alemanes que no comulgaran con las ideas hitlerianas y tratasen simplemente de continuar con sus vidas en medio de aquel caos, sin acabar vendiendo su propia alma al diablo, aunque para ello tuviesen que llegar a ocultar a un judío en su sótano.

Pese a ser australiano, su ascendencia es germana y tras crecer con los recuerdos de sus padres que vivieron en Alemania durante la segunda Guerra Mundial no pudo por menos que inspirarse para esta magnífica novela.

El primer robo ocurrió unos meses antes de que Alemania entrara en guerra con Europa. Era un día gris, prefacio de los tiempos que se avecinaban y en el que la ladrona de libros apenas contaba con una década de vida. La muerte se había llevado inesperadamente a su hermano pequeño y tuvieron que darle el último adiós en el primer cementerio que encontraron de camino a Múnich. Fue entonces cuando la muchacha vio un libro con letras plateadas sobre la nieve y lo escondió entre sus ropas: Manual del sepulturero, una obra que Liesel Meminger, la ladrona de libros, llegaría a leer hasta trece veces en su vida. Unidos para siempre a aquellas páginas quedarían los recuerdos del hermano muerto y de la madre que, sólo un par de días después del macabro incidente, la abandonaría para siempre, entregándola a una familia de acogida.
Allí descubrirá el cariño de su padre adoptivo, Hans Hubermann, y su peculiar manera de instruirla en el aprendizaje de la lectura y la caligrafía. Pero para el segundo robo habrían de pasar todavía más de cuatrocientos días, y en esta ocasión, el escenario será una quema de libros organizada por los nazis. Para Liesel Meminger existe una extraña relación entre los desastres de su vida y aquel Führer que todos invocan y que parece revolucionar Alemania. Pronto la realidad se encargará de demostrarle que lo peor aún está por llegar.



Lo primero que sorprende de esta obra es quién ocupa el papel de narrador y cómo se presenta a sí mismo, porque desde luego resulta original que la historia de una ladrona de libros esté contada por la misma Muerte.

La historia y las penas de la protagonista, la pequeña Liesel Meminger, comienzan en enero de 1939 cuando cuenta tan solo con nueve años de edad y va de camino a Múnich con su madre y su hermano. La primera de sus calamidades: la muerte de su hermano, la segunda no se hará de esperar: varios días después será la última vez que ve a su madre. Y entre medias el comienzo de su amor por las palabras: el primer robo de un libro, que arranca de la fría nieve, titulado Manual del Sepulturero, cuando ni siquiera sabe leer.

Liesel deberá comenzar una nueva vida en el que será su nuevo universo: Himmeltrasse, en una familia de acogida que afortunadamente será un rayo de luz en su tormentoso comienzo. Hans Hubermann, su padre, le enseñará a leer en noches en vela y la acunará tras sus habituales pesadillas en las que su hermano muerto siempre está presente. Entre libros, desdichas y partidas de fútbol en la calle, encontrará otros dos rayos de luz, su mejor amigo Rudy y Max, un judío que se ocultará en su sótano y le regalará sus más preciados libros.

El Manual del Sepulturero será el primero de sus libros, pero su vida se verá irremediablemente enlazada a los distintos libros que va consiguiendo (de diversas maneras) y que portarán no solo las palabras de su vida sino también los recuerdos a los que están unidos. Libro a libro compondrán los años más importantes de la vida de Liesel.

Es magnífica la forma en que el autor nos transporta al mundo de las palabras y al amor por ellas, con una forma de escribir fluida y adictiva. El poder de las palabras conformará la vida de su protagonista, consolará a su vecinos durante bombardeos y días sin tregua, salvará su propia vida, al tiempo que también será el medio que el Führer utilizará para conquistar el mundo, como el judío de su sótano escribe en uno de sus cuentos. Por encima de todo, esta historia cuenta el extraordinario poder que tienen las palabras.

Amantes de los libros, de la belleza, de la lectura, de las pequeñas cosas... leed este libro, no os arrepentiréis.

"Quise decirle muchas cosas a la ladrona de libros, sobre la belleza y la crueldad, pero ¿qué podía contarle sobre todo eso que ella no supiera? Quise explicarle que no dejo de sobrestimar e infravalorar a la raza humana, que pocas veces me limito únicamente a valorarla. Quise preguntarle cómo un mismo hecho puede ser espléndido y terrible a la vez, y una misma palabra, dura y sublime."
La Ladrona de Libros. Markus Zusak.