Vacazul
El pasado domingo tuvo lugar la final del primer German Marsters, que tuvo lugar en Berlín y reunió a más de 2500 aficionados en sus gradas para disfrutar de una de las finales más bonitas de Snooker.

El torneo comenzó con algunas sorpresas, unas más sorprendentes y otras ya desgraciadamente esperadas. La ausencia de Ronnie, que como ya hizo en el último Shanghai Masters, decidió no asistir en el último momento, era algo de esperar, aunque con The Rocket nunca se sabe. Algunos favoritos cayeron antes de octavos, el más inesperado de ellos Neil Robertson. En octavos la noticia más impactante fue el abandono por parte de John Higgins, y es que no era para menos puesto que su padre, John Higgins Senior, había muerto perdiendo su pelea contra el cáncer. En cuartos quizá lo más llamativo fue la derrota de Ding Junhui contra Mark Selby con un resultado de 1-5.

Y llegados a la final el enfrentamiento de dos Mark: Williams vs Selby, veteranía, maestría y técnica contra juego lento y estudiado, y un oponente psicológicamente fuerte. La primera sesión de la final, jugada a 17 frames, fue rápida y preciosa, ambos jugadores estaban al cien por cien de sus capacidades y jugaban de forma certera, regalándonos en una hora y media una gran exhibición del juego de ataque en Snooker. En la segunda sesión, parecían dispuestos a enseñarnos la otra gran faceta del juego, su aspecto defensivo, llegando hasta un total de cinco re-rack (reinicio del frame por acuerdo de ambos jugadores y el árbitro) y algo más de cuatro horas de partida para disputar los ocho frames que otorgarían la victoria a uno de los jugadores.

Tengo que destacar esta final como la más bonita que personalmente he visto, el ambiente ha sido en todo momento fantástico, ambos jugadores estaban completamente concentrados y entregados al juego pero no por ello perdían el sentido del humor convirtiendo esta partida en una de las más divertidas. Nos han otorgado la oportunidad de ver una gran exhibición de Snooker en todas sus facetas.

En la segunda sesión Mark Williams perdió la concentración viendo a su contrincante, Mark Selby, remontarle tres frames seguidos hasta empatarlo a 7, afortunadamente despertó a tiempo de ganar los dos siguientes y llevarse el título, el trofeo y el premio. Lo cierto es que viendo partidas de este calibre te quedas con ganas de que ambos ganen, porque han jugado realmente bien y te han hecho disfrutar del Snooker como solo este juego puede hacerte disfrutar. En esta ocasión yo le habría dado incluso el premio al arbitro que se ganó a base de bien el jornal, teniendo que llegar a colocar prácticamente todas las bolas de la mesa tras un mal tiro de Williams.


Lo dicho, mis felicitaciones a Mark Williams por su triunfo, a Mark Selby por su buen juego y a Jan Verhaas por su sonrisa y disposición en todo momento. Y gracias a todos por hacernos disfrutar de un fantástico enfrentamiento de Snooker. Nos vemos el 14 de febrero para el Welsh Open, una manera bastante más original de celebrar el día de San Valentín ;-).